Tengo por feísima costumbre usar los veranos para las mayores y mejores exploraciones intergalácticas en busca de milagros frescos, santuarios nuevos, peregrinaciones insólitas o para escribir sobre eso mismo. Este año persigo teleplastias imposibles por Irlanda, donde, como es natural, la gente cree que soy una demente. Y además disfruto de 8ºC de temperatura mientras escribo los resultados de las investigaciones de este curso, envío artículos de acá para allá, y escribo mis primeras cosas en inglés. Por esta razón, no hay cosa que más me toque los cjns que la gente cuando dice:
- ¡Vaya vacaciones que teneis los profesores! ¿Eeeh?
- Mecagüentuputamadre... Hmm, bueno, la verdad es que tengo bastante trabajo...
Las "vacaciones" empezaron con el Congreso Internacional de ALER, que es la cita más importante en el mundo de habla hispana para los investigadores de la religión en cualesquiera de sus disciplinas. Y a donde se va leído y estudiao, y previo pago de tu bolsillo de inscripción y alojamiento, no sea que la Universidad que presume de tener trabajadores con tu currículum dé quiebra por apoyar a los investigadores, no, hombre, no... Y las "vacaciones" terminarán con el Congreso Internacional de la EASA, que es la cita más importante de la Antropología europea, donde hay 10 mesas sobre religión. Y a eso se va leído, estudiao, previo pago y con el inglés por delante, chatos, que eso también hay que hacerlo, y apoquinar como está mandao.
Entre lo uno y lo otro, uno estudia, lee, escribe (en varios idiomas), hace trabajo de campo, rellena diarios, transcribe entrevistas, sigue estudiando, lee más, avanza en la escritura... Y cuando suena el teléfono, miras por la ventana con un té en la mano mientras le dices a la gente del "vaya vacaciones"... que hoy tampoco saldrás porque tienes curro...
- ¡Venga mujer! ¡Pero qué curro vas a tener tú, si estás de vacaciones...!
- Ya, ya... hala, venga... mañana si eso te doy un toque...
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