Antropoturmix es una batidora multifunción mutante que viaja por la galaxia en misión parroquial, explorando ritos y creencias de otros mutantes
gracias por el pescado

El Robot como Pathos

Junk, by Jacob Saariaho
¿Tienen las turmix sentimientos? Las emociones robóticas, si se les pueden llamar así, eran uno de los temas favoritos de Asimov y uno de los temas más conocidos del género gracias a Blade Runner. Entre las cientos de cosas que inventó Asimov con cierto éxito estaba la Robot-Psicología, una disciplina inventada pero plausible que estudiaba las desviaciones en la conducta de las máquinas. O sea, patologías robóticas sin causa física, sólo con causa lógica, cognitiva. Y las emociones se consideraban, poco más o menos, reacciones cognitivo-conductuales causadas por los colapsos de las reglas lógicas con las que se construyen las turmix.

Robot by Rehail
También una parte poco conocida del arte popular contemporáneo, el Deviant Art de tema robótico, viene a celebrar la condición robótica como la más acabada expresión de la condición humana a través escenas en las que el robot es una metáfora estrictamente emocional. La soledad, el desamparo, la conciencia de ser una herramienta en manos de otra voluntad, el miedo a eso mismo, la conciencia de las limitaciones físicas, el miedo a la identidad, y a la no identidad... se representan particularmente bien en las figuras robóticas, proyecciones de identidades que algunos llaman posthumanas, aunque para mi el robotismo es un humanismo, que diría aquel. El humanismo freaky por excelencia.

Aunque mi súper favorito es el tema del mesianismo robótico (ni que decir tiene), hoy os dejo por aquí lo que me parece una buena expresión musical de todo esto, una que, afortunadamente, ya ha superado los experimentos bizarros de los ruidos electrónicos y que es música de calidad. Se trata de Janelle Monáe, una voz extraordinaria que canta asumiendo una identidad cibernética. Una antropoturmix, vamos.



La voz en off dice:
Es un pensamiento común que los tipos con cables pueden ser vendidos y comprados, que no tenemos sentimientos ni recuerdos o mentes, que somos instrumentos biónicos que no valemos un centavo. A algunos les sorprende cuando sonrío. Y cuando tomo tu mano, dicen: "¿cómo puede una cosa cableada entender? El amor es demasiado profundo, demasiado amplio para sentirlo si tu alma es un botón y tu pie brilla sobre los talones". Programa. Programa. Reprograma. Una nación bajo un microchip. Esclavos de neón, salvajes electrónicos, abrid vuestros corazones. Abrid vuestros ojos. Vuestro carruaje llegará.


Le Ravissement de Mecanique by CCZ



1 Comentario:

21 de noviembre de 2010, 0:41 Anónimo dijo...

Una de las primeras obras de teatro que se escribieron sobre robots, es del escritor húngaro Karel Čapek, se titula RUR: Robots Universales Rossum, fué estrenada en Praga en 1920. Yo tuve la suerte de participar en una representación en el colegio hace ya muchos, muchisimos años. Describe como el hombre construye a su imagen y semejanza unas máquinas que lo liberarán de los trabajos penosos, pero para evitar que estos (los robts) se autolastimen, ya que se dejan pillar los dedos en las cadenas de montaje de las fábricas, pues no sienten el dolor, o sea, para hacerlos mas resistentes, dota a los robots de sensibilidad. Una vez que los robts poseen esta caracteristica, se sublevan contra los hombres y aniquilan a la especie humana.

Yo creo que ahora se construyen fábricas mas perfectas que no pillan los dedos de los robots, o bien se traslada la producción a Indochina, donde si alguien se pilla un dedo desde aquí no se oyen los gritos.

Bueno, en la obra yo hacía el papel de Dr. Gall, el investigador que diseña el cambio de actitud en las máquinas; con la escusa de evitar que se rompan con tanta facilidad, pero con un motivo mas emotivo: que era atender a la petición de la hija del dueño de la fábrica, la señorita Rossum,que siente una especie de compasión, hacia la creación desprovista de sensibilidad. Y por la compasión entró la peste. Los robots se nos cepillaron a todos en el tercer acto.

El epílogo intenta solucionar el problema,..., a los robots se les acaba por desarrollar un alma, concretamente a dos robots (una parejita), como en el génesis Adan y Eva.

Bueno, la humanización de las máquinas ha dado de sí bastante en los últimos cien años.

Ana la de la carpetana

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